LA DISCIPLINA COMO EJE DEL BUEN COMPORTAMIENTO SOCIAL
Constitución política colombiana. Artículo 16. Todas las personas tienen derecho al libre desarrollo de su personalidad
sin más limitaciones que las que imponen los derechos de los demás y el orden jurídico.
En estos tiempos “modernos” y con el pretesto del libre desarrollo de la personalidad, nuestra juventud que a la postre son los futuros gobernantes, abogados, ingenieros maestros, etc, definitivamente infinidad de profesiones que ofrecerán indiscutiblemente desarrollo al país están confundiendo la libertad con el libertinaje. Desde este punto de vista es deber de las instituciones educativas orientar el sano desarrollo de la personalidad del joven, y es entonces cuando juega papel importante el mantenimiento de la disciplina en las instituciones; cabe preguntarse entonces como educadores, como padres de familia, o como miembros de la comunidad ¿estamos torpedeando el libre desarrollo de la personalidad si se exige la llegada puntual al colegio y al aula de clase? ¿Si se exige la pulcritud y correcto uso del uniforme? ¿Si se busca que la presentación personal sea la mejor? ( peinados y cortes de cabello acordes al estatus de estudiantes en plena formación) ¿A sobreponer ante todo el cumplimiento de nuestros deberes como principio fundamental para exigir nuestros derechos?. En fin, son muchas las orientaciones que de muy buena manera se pueden inculcar como hábito para fortalecer un ciudadano honesto, trabajador y desde todo punto de vista útil así mismo y a la sociedad.
Son púes, normas consagradas en la Constitución Política , en el Manual existente en cada plantel que conlleva al sano ejercicio de la convivencia social y pacifica no solo en el colegio sino también fuera de él. Lamentablemente este proceso se ve constantemente interrumpido por el escaso o nulo apoyo de algunos padres de familia para quienes el establecimiento educativo se convierte en la guardería en donde se “liberan” por ciertas horas del comportamiento de sus hijos y llegando incluso a no aceptar los correctivos pedagógicos enmarcados en el respeto de los derechos humanos y aplicados para garantizar el desarrollo integral del alumno. Si bien es cierto el educador es un formador y orientador de aptitudes y actitudes positivas también es necesario recordar que es acreedor del mismo respeto que todo ser humano merece.
Es entonces donde la unión perfecta docentes, padres de familia, y oficinas de apoyo a la juventud podemos hacer un frente común en la orientación adecuada de la juventud rosariense, redirecionando el accionar de la futura sociedad laboralmente responsable y activa, ayudando a entender sobre manera que el libre desarrollo de nuestra personalidad esta acompañado de sencillas reglas que al ser cumplidas garantizamos igualmente nuestro pleno desarrollo sin violentar los derechos de mis semejantes.
MANUEL ANTONIO ANTELIZ MENDOZA
Coordinación de Disciplina